Planchado: Proceso de reducción de metal en el conformado de láminas y acabado de superficies
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Definición y concepto básico
El planchado es un proceso de conformado de metales en el que la chapa se estira a través de una matriz con una holgura menor que el espesor original de la chapa, lo que resulta en una reducción controlada del espesor y un aumento de la longitud. Este proceso crea piezas con un espesor de pared uniforme y un acabado superficial mejorado, comúnmente utilizado en la fabricación de componentes cilíndricos como latas de bebidas, casquillos de cartuchos y contenedores embutidos.
El planchado representa un subconjunto especializado de las operaciones de conformado de chapa metálica que combina el embutido y la compresión para lograr precisión dimensional. Es un proceso crítico en la industria siderúrgica, donde se requieren componentes de paredes delgadas con espesor constante.
En el campo más amplio de la metalurgia, el planchado ocupa un lugar destacado entre las operaciones tradicionales de embutición y los procesos de extrusión. Aprovecha los principios de deformación plástica manteniendo un estricto control dimensional, lo que lo hace esencial para la producción a gran escala de componentes de precisión.
Naturaleza física y fundamento teórico
Mecanismo físico
A nivel microestructural, el planchado implica una deformación plástica severa del metal al pasar por una geometría restringida. El material experimenta tensión de compresión perpendicular a la superficie de la lámina, a la vez que sufre tensión de tracción en la dirección del estirado.
Esta deformación provoca que los granos se alarguen en la dirección del flujo del material, creando una microestructura fibrosa. Las dislocaciones dentro de la estructura cristalina se multiplican y se desplazan a lo largo de los planos de deslizamiento, permitiendo que el material fluya a través de la matriz, manteniendo la integridad estructural.
El proceso induce endurecimiento por deformación a medida que las dislocaciones interactúan y se entrelazan, aumentando así el límite elástico del material. Este efecto de endurecimiento por deformación es especialmente pronunciado cerca de las zonas superficiales donde la deformación es más severa.
Modelos teóricos
El análisis por el método de losas sirve como modelo teórico principal para las operaciones de planchado. Desarrollado a mediados del siglo XX, este enfoque trata el material deformable como una serie de elementos diferenciales sujetos a condiciones de equilibrio.
La comprensión histórica del planchado evolucionó desde el conocimiento empírico del taller hasta los modelos analíticos en las décadas de 1950 y 1960. Los primeros trabajos de investigadores como Swift y Sachs sentaron las bases de la teoría moderna del planchado.
Los enfoques alternativos incluyen el análisis de límite superior, que proporciona predicciones de fuerza máxima, y el modelado de elementos finitos, que ofrece información más detallada sobre el comportamiento de la deformación. Cada método presenta diferentes ventajas en cuanto a precisión frente a complejidad computacional.
Fundamentos de la ciencia de los materiales
El rendimiento de planchado está directamente relacionado con la estructura cristalina, ya que los metales cúbicos centrados en las caras (FCC), como el aluminio y los aceros inoxidables austeníticos, generalmente presentan una mejor planchabilidad que los aceros cúbicos centrados en el cuerpo (BCC). Los límites de grano actúan como obstáculos para el movimiento de dislocación, lo que influye en la respuesta del material a las fuerzas de planchado.
La microestructura del material de partida influye significativamente en la capacidad de planchado, ya que las estructuras homogéneas de grano fino suelen producir mejores resultados. La anisotropía del procesamiento previo puede provocar un flujo de material irregular y posibles defectos.
El exponente de endurecimiento por deformación (valor n) y la anisotropía normal (valor r) representan principios fundamentales de la ciencia de los materiales que rigen el comportamiento del endurecimiento por deformación. Los materiales con valores n más altos pueden experimentar una reducción de espesor más sustancial antes de la falla, mientras que los valores r favorables ayudan a mantener la uniformidad del espesor de la pared.
Métodos de expresión y cálculo matemático
Fórmula de definición básica
La relación de planchado (IR) se define como:
$IR = \frac{t_0}{t_1}$
Dónde:
- $t_0$ = espesor inicial de la lámina
- $t_1$ = espesor final de la pared después del planchado
Esta relación cuantifica el grado de reducción de espesor conseguido durante el proceso de planchado.
Fórmulas de cálculo relacionadas
La fuerza de planchado ($F_i$) se puede calcular utilizando:
$F_i = \pi \cdot d_m \cdot t_0 \cdot \sigma_y \cdot \ln\left(\frac{t_0}{t_1}\right) \cdot (1 + \frac{\mu}{\tan\alpha})$
Dónde:
- $d_m$ = diámetro medio de la pieza de trabajo
- $\sigma_y$ = límite elástico del material
- $\mu$ = coeficiente de fricción
- $\alpha$ = ángulo de la matriz
Esta fórmula ayuda a los ingenieros a predecir la capacidad de prensa requerida para las operaciones de planchado.
La tensión real ($\varepsilon$) experimentada durante el planchado se puede expresar como:
$\varepsilon = \ln\left(\frac{t_0}{t_1}\right)$
Este cálculo es esencial para predecir el endurecimiento del trabajo y las propiedades mecánicas finales.
Condiciones y limitaciones aplicables
Estas fórmulas asumen propiedades homogéneas del material y condiciones isotérmicas durante el proceso de planchado. Su precisión disminuye al trabajar con materiales altamente anisotrópicos o geometrías complejas.
Las condiciones de contorno incluyen el requisito de que el ángulo de la matriz sea lo suficientemente pequeño (normalmente de 5 a 15°) para evitar la fractura del material. Los modelos también suponen una lubricación adecuada para mantener el coeficiente de fricción previsto.
Los cálculos presuponen que el flujo de material se produce principalmente por reducción de espesor, en lugar de por expansión lateral. Con relaciones de reducción muy altas (normalmente superiores al 50%), estos modelos pueden requerir factores de corrección para tener en cuenta el comportamiento no lineal del material.
Métodos de medición y caracterización
Especificaciones de pruebas estándar
ASTM E643: Método de prueba estándar para la deformación por punzón de bola de material de lámina metálica, que evalúa la formabilidad del material en relación con las operaciones de planchado.
ISO 20482: Materiales metálicos - Chapa y tira - Prueba de ventosas de Erichsen, que proporciona pruebas estandarizadas para las características de formabilidad de la chapa metálica.
JIS Z 2247: Materiales metálicos - Láminas y tiras - Determinación de diagramas de límite de conformado, que ayuda a predecir el comportamiento del material en condiciones de deformación complejas como el planchado.
Equipos y principios de prueba
Los simuladores de planchado a escala de laboratorio suelen consistir en un conjunto de punzón, matriz y portapiezas montado en una prensa hidráulica o máquina de ensayos de tracción. Estos dispositivos reproducen las condiciones de planchado industrial, permitiendo la medición precisa de fuerzas y desplazamientos.
El principio consiste en pasar una muestra en forma de copa a través de una matriz cónica mientras se mide la fuerza requerida. Los extensómetros y las celdas de carga capturan datos de fuerza, mientras que los transductores de desplazamiento monitorizan el movimiento del material.
La caracterización avanzada puede emplear sistemas de correlación de imágenes digitales in situ para mapear la distribución de la deformación en la muestra deformada. Las cámaras térmicas de alta velocidad también pueden detectar cambios de temperatura durante las operaciones de planchado a alta velocidad.
Requisitos de muestra
Las muestras de prueba estándar generalmente comienzan como piezas circulares en blanco con diámetros que varían entre 50 y 100 mm y espesores representativos del material de producción (generalmente, 0,1 a 3 mm).
La preparación de la superficie incluye la limpieza con acetona o disolventes similares para eliminar aceites y contaminantes. Es fundamental aplicar una lubricación constante, a menudo utilizando lubricantes estandarizados como aceite mineral de viscosidad conocida.
Las muestras deben estar libres de defectos en los bordes y tener propiedades materiales bien documentadas, incluidos valores de resistencia al rendimiento, resistencia a la tracción y anisotropía.
Parámetros de prueba
Las pruebas se realizan generalmente a temperatura ambiente (20-25 °C), a menos que se evalúen procesos de planchado a alta temperatura. La humedad debe mantenerse entre el 40 % y el 60 % de humedad relativa.
Las velocidades de punzonado varían de 5 a 500 mm/min, con velocidades más lentas para una recolección precisa de datos y velocidades más altas para simular las condiciones de producción. La fuerza del soporte de la pieza se controla cuidadosamente para evitar arrugas y permitir el flujo del material.
La holgura de la matriz se ajusta con precisión para lograr la reducción de espesor deseada, que normalmente oscila entre el 40 y el 80 % del espesor de la hoja original.
Proceso de datos
Las curvas de fuerza-desplazamiento son los datos principales recopilados, con frecuencias de muestreo típicamente de 10 a 100 Hz. Estas curvas revelan características como picos de fuerza de tracción y mesetas de planchado.
El análisis estadístico suele incluir múltiples muestras (normalmente de 3 a 5) para establecer la repetibilidad. Los valores atípicos se identifican mediante el análisis de la desviación estándar y pueden excluirse si se detectan anomalías en el proceso.
Las métricas finales de capacidad de planchado incluyen la máxima reducción de espesor alcanzable, mediciones de rugosidad de la superficie de las superficies planchadas y consistencia dimensional en múltiples muestras.
Rangos de valores típicos
Clasificación del acero | Rango típico de relación de planchado | Condiciones de prueba | Estándar de referencia |
---|---|---|---|
Acero bajo en carbono (AISI 1008-1010) | 1.3-1.8 | Temperatura ambiente, lubricación con aceite mineral. | ASTM E643 |
Acero de calidad para dibujo (AISI 1006) | 1.5-2.2 | Temperatura ambiente, recubrimiento de fosfato + jabón. | ISO 20482 |
Acero inoxidable austenítico (AISI 304) | 1.4-1.9 | Parafina clorada a temperatura ambiente | ASTM A666 |
Acero inoxidable martensítico (AISI 410) | 1.2-1.5 | Éster sintético a temperatura ambiente | ASTM A176 |
Las variaciones dentro de cada clasificación de acero se deben principalmente a las diferencias en el historial de procesamiento previo, el tamaño del grano y el contenido de inclusiones. Las estructuras de grano más fino suelen permitir relaciones de hierro más altas antes de la falla.
Estos valores sirven como guía para el diseño inicial del proceso, pero deben validarse mediante pruebas específicas del material. La relación de planchado máxima alcanzable disminuye a medida que aumenta la resistencia del material.
Una tendencia clara muestra que los grados más dúctiles (como los aceros de calidad de embutición) permiten relaciones de hierro más altas, mientras que los materiales de mayor resistencia requieren reducciones de espesor más conservadoras para evitar fracturas.
Análisis de aplicaciones de ingeniería
Consideraciones de diseño
Los ingenieros suelen incorporar un margen de seguridad del 10 al 20 % por debajo de las relaciones de planchado teóricas máximas para compensar las variaciones en las propiedades del material y el desgaste de las herramientas. Este enfoque conservador garantiza la estabilidad del proceso en entornos de producción.
Las decisiones de selección de materiales equilibran la capacidad de planchado con los requisitos del componente final, priorizando a menudo la consistencia de las propiedades mecánicas y el acabado superficial. El índice de anisotropía (valor r) es un criterio clave de selección para aplicaciones de planchado.
El diseño de la geometría de la matriz influye decisivamente en el éxito del planchado, ya que el ángulo de la matriz, la longitud de la pieza y el acabado superficial requieren una optimización minuciosa. El análisis de elementos finitos orienta cada vez más estas decisiones de diseño al predecir los patrones de flujo de material.
Áreas de aplicación clave
La industria de las latas de bebidas representa la aplicación de mayor volumen de la tecnología de planchado, con una producción anual de más de 200 000 millones de unidades. Las latas de aluminio y acero de dos piezas se someten a múltiples etapas de planchado para alcanzar espesores de pared de tan solo 0,1 mm, manteniendo al mismo tiempo su integridad estructural.
La fabricación de cartuchos de munición emplea el planchado para crear casquillos con un control dimensional preciso y un espesor de pared constante. Esta aplicación exige un acabado superficial excepcional para garantizar una extracción fiable tras el disparo.
Los componentes automotrices, como los cuerpos de los amortiguadores y los cilindros hidráulicos, utilizan el hierro para crear piezas tubulares sin costuras con tolerancias ajustadas. La fabricación de dispositivos médicos también emplea el hierro para crear componentes de paredes delgadas y alta precisión, como cuerpos de jeringas y dispositivos implantables.
Compensaciones en el rendimiento
La planchabilidad suele entrar en conflicto con los requisitos de resistencia del componente final. Los aceros de mayor resistencia resisten la deformación durante el planchado, lo que limita la reducción de espesor alcanzable, pero proporciona propiedades mecánicas superiores en la pieza terminada.
La calidad del acabado superficial suele mejorar al aumentar la relación de hierro, pero a costa de un mayor desgaste de la herramienta y de las fuerzas del proceso. Los ingenieros deben equilibrar los requisitos estéticos con la rentabilidad de las herramientas.
La velocidad de producción presenta otra desventaja, ya que las operaciones de planchado más rápidas generan más calor y requieren sistemas de lubricación más robustos. El equilibrio entre la tasa de producción y la consistencia de la calidad sigue siendo un desafío clave de ingeniería.
Análisis de fallos
La formación de arrugas es un modo de fallo común en el que las inestabilidades compresivas crean irregularidades superficiales. Esto suele ocurrir cuando la presión del portapiezas es insuficiente o el flujo de material está mal controlado.
La fractura puede iniciarse en el extremo abierto de los componentes ferroso cuando las relaciones de reducción superan los límites del material. El mecanismo de falla implica la nucleación de huecos en las inclusiones, seguida del crecimiento de huecos y la coalescencia en grietas que se propagan a lo largo de los planos de corte.
Las estrategias de mitigación incluyen el temple por puntos con recocido intermedio, sistemas de lubricación mejorados y una geometría de matriz optimizada con reducción gradual. Los aceros avanzados de alta resistencia pueden requerir materiales y recubrimientos de matriz especializados para prevenir el desgaste por rozamiento y el fallo prematuro de la herramienta.
Factores influyentes y métodos de control
Influencia de la composición química
El contenido de carbono afecta significativamente la capacidad de planchado, y los aceros con menor contenido de carbono (por debajo del 0,10 %) ofrecen un rendimiento superior. Cada aumento del 0,01 % en el carbono suele reducir la relación de planchado máxima alcanzable en aproximadamente un 1-2 %.
Los oligoelementos como el azufre y el fósforo pueden afectar drásticamente la planchabilidad. Un contenido de azufre inferior al 0,010 % generalmente mejora el rendimiento al reducir la fricción, mientras que un contenido de fósforo superior al 0,015 % puede provocar fragilidad y agrietamiento durante un planchado intenso.
La optimización composicional suele implicar equilibrar las proporciones de manganeso y azufre para controlar la morfología de las inclusiones. Las inclusiones esféricas causan menos perturbaciones en el flujo de material que las alargadas durante el proceso de hierro.
Influencia microestructural
Los tamaños de grano más finos generalmente mejoran la planchabilidad al proporcionar una deformación más uniforme. Los tamaños de grano óptimos típicos oscilan entre ASTM 7 y 10 (32-11 μm) para la mayoría de las aplicaciones de planchado.
La distribución de fases afecta críticamente el rendimiento, ya que los materiales monofásicos suelen presentar una planchabilidad superior. En los aceros bifásicos, la fracción volumétrica y la distribución de las islas de martensita influyen significativamente en las relaciones de planchado alcanzables.
Las inclusiones no metálicas actúan como concentradores de tensiones durante el planchado, pudiendo iniciar grietas. Su fracción de volumen, tamaño, morfología y distribución influyen en la relación de planchado máxima segura.
Influencia del procesamiento
Los tratamientos de recocido previos al planchado mejoran drásticamente el rendimiento al reducir el límite elástico y aumentar la ductilidad. El recocido de recristalización completa suele proporcionar una planchabilidad óptima para la mayoría de los grados de acero.
El laminado en frío previo al planchado influye en el desarrollo de la textura y la anisotropía. Reducciones de laminado del 50-70%, seguidas de un recocido adecuado, suelen generar texturas favorables para las operaciones de planchado posteriores.
Las velocidades de enfriamiento tras el recocido afectan el tamaño del grano y la distribución del precipitado. El enfriamiento lento promueve el crecimiento del grano y el engrosamiento del precipitado, lo cual puede ser beneficioso para la planchabilidad, pero puede reducir la resistencia final del componente.
Factores ambientales
La temperatura afecta significativamente la planchabilidad, y las temperaturas elevadas (150-250 °C) suelen mejorar el rendimiento al reducir la tensión de flujo. Sin embargo, la degradación del lubricante a temperaturas más altas puede contrarrestar estas ventajas.
Los entornos corrosivos durante el almacenamiento pueden crear defectos superficiales que actúan como puntos de inicio de fallas durante el planchado posterior. Unas condiciones de almacenamiento adecuadas y el uso de inhibidores de corrosión contribuyen a mantener la planchabilidad.
El envejecimiento por deformación dependiente del tiempo puede reducir la planchabilidad si transcurre un tiempo considerable entre la producción de la chapa y las operaciones de planchado. Este efecto es especialmente pronunciado en aceros con nitrógeno y carbono libres.
Métodos de mejora
La microaleación con pequeñas cantidades de titanio o niobio (0,01-0,03%) puede mejorar la capacidad de planchado controlando el tamaño del grano y fijando los elementos intersticiales que contribuyen al envejecimiento por deformación.
Los tratamientos superficiales, como la fosfatación, crean recubrimientos de conversión que mejoran la retención del lubricante durante el planchado. Estos tratamientos pueden aumentar las relaciones de planchado máximas alcanzables entre un 10 % y un 15 %.
La optimización del diseño de la matriz, especialmente en el ángulo de entrada y la longitud de la superficie de contacto, puede mejorar significativamente el rendimiento del planchado. Las superficies de matriz pulidas con una dureza superior a 60 HRC minimizan la fricción y prolongan la vida útil de la herramienta.
Términos y normas relacionados
Términos relacionados
El embutido profundo se refiere al proceso de conformado de chapa metálica que a menudo precede al planchado, donde una pieza en bruto plana se transforma en una pieza con forma de copa sin una reducción intencional del espesor.
El rediseño implica pasar una copa previamente dibujada a través de operaciones de dibujo adicionales para aumentar aún más la altura y reducir el diámetro, a menudo realizadas entre etapas de planchado.
El planchado de pared se refiere específicamente a la reducción del espesor de las paredes verticales en componentes cilíndricos, diferenciándolo del planchado de fondo que aborda la región de la base de las piezas embutidas.
Estos procesos forman una familia interconectada de operaciones de conformado de chapa metálica, donde el planchado generalmente representa la etapa final de conformado de precisión.
Normas principales
La norma ISO 16630:2017 "Materiales metálicos - Chapa y tira - Ensayo de expansión de orificios" proporciona métodos estandarizados para evaluar la capacidad de estiramiento de los bordes, una propiedad estrechamente relacionada con la capacidad de planchado.
ASTM B831 "Método de prueba estándar para pruebas de corte de productos de aleación de aluminio delgado" aborda las pruebas relevantes para aplicaciones de planchado, particularmente para la fabricación de latas de bebidas.
La norma DIN 8584 se diferencia de las normas ISO y ASTM al proporcionar una clasificación más detallada de los procesos de conformado de chapa metálica, incluidas categorías específicas para diversas operaciones de planchado.
Tendencias de desarrollo
La investigación actual se centra en el desarrollo de sistemas lubricantes avanzados que resistan condiciones de planchado rigurosas y cumplan con las normativas ambientales. Los lubricantes de origen biológico son especialmente prometedores para aplicaciones en contacto con alimentos.
Las tecnologías emergentes incluyen el planchado asistido por ultrasonidos, donde las vibraciones de alta frecuencia reducen la fricción y permiten mayores tasas de reducción. Estudios iniciales muestran un potencial de mejora del 15-25% en la reducción máxima alcanzable.
Los desarrollos futuros probablemente se centrarán en la monitorización de procesos en tiempo real mediante emisión acústica y análisis de firmas de fuerza para detectar fallos incipientes. Estas tecnologías prometen habilitar sistemas de control adaptativo que puedan ajustar dinámicamente los parámetros del proceso para optimizar el rendimiento del planchado.