Endurecimiento por llama: Tratamiento térmico de superficies para una mayor durabilidad del acero
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Definición y concepto básico
El endurecimiento por llama es un proceso de tratamiento térmico selectivo de endurecimiento superficial en el que la superficie de un componente de acero se calienta rápidamente mediante la acción directa de una llama de gas oxigenado, seguido de un temple inmediato para producir una capa superficial endurecida, manteniendo un núcleo más blando y tenaz. Esta técnica de tratamiento térmico localizado crea una carcasa exterior resistente al desgaste con altos valores de dureza, a la vez que preserva la ductilidad y tenacidad internas del componente.
El proceso es especialmente importante en la fabricación de componentes grandes o piezas con geometrías complejas, donde el temple convencional en horno resultaría poco práctico o económicamente inviable. El temple a la llama permite el tratamiento selectivo de zonas específicas sujetas a un alto desgaste, como dientes de engranajes, superficies de apoyo y vías férreas.
Dentro del campo más amplio de la metalurgia, el temple a la llama pertenece a la familia de técnicas de endurecimiento superficial, junto con el endurecimiento por inducción, el endurecimiento por láser y la carburación. A diferencia de los métodos de cementación que alteran la composición superficial, el temple a la llama es un proceso térmico que transforma el contenido de carbono existente en aceros de medio a alto contenido de carbono en martensita sin modificar su composición química.
Naturaleza física y fundamento teórico
Mecanismo físico
A nivel microestructural, el endurecimiento por llama induce una transformación de fase en la estructura cristalina del acero. Cuando la superficie del acero se calienta rápidamente por encima de su temperatura crítica superior (normalmente entre 727 y 912 °C, dependiendo del contenido de carbono), la estructura ferrítica cúbica centrada en el cuerpo (BCC) y el carburo de hierro (Fe₃C) se transforman en austenita cúbica centrada en las caras (FCC).
Durante el enfriamiento rápido posterior (temple), la austenita no tiene tiempo suficiente para transformarse de nuevo en ferrita y cementita mediante procesos de difusión. En su lugar, se produce una transformación sin difusión, creando martensita tetragonal centrada en el cuerpo (BCT), una solución sólida sobresaturada de carbono en hierro con alta dureza y fragilidad debido a la distorsión reticular.
La profundidad del endurecimiento depende de la penetración del calor, la cual se controla mediante la temperatura de la llama, el tiempo de calentamiento y la conductividad térmica del acero. Debajo de la capa endurecida, el material del núcleo conserva su microestructura original, lo que proporciona tenacidad y ductilidad al componente.
Modelos teóricos
El principal modelo teórico que describe el endurecimiento por llama se basa en los principios de transferencia de calor combinados con la cinética de transformación de fases. La ecuación de Johnson-Mehl-Avrami-Kolmogorov (JMAK) constituye la base para comprender la cinética de transformación durante las fases de calentamiento y enfriamiento.
Históricamente, la comprensión del endurecimiento por llama se desarrolló junto con los avances en la ciencia metalúrgica a principios del siglo XX. Los enfoques empíricos iniciales dieron paso a modelos más sofisticados a medida que el conocimiento de las transformaciones de fase y los diagramas de transformación por enfriamiento continuo (CCT) evolucionó en las décadas de 1930 y 1940.
Los enfoques modernos incorporan dinámica de fluidos computacional (CFD) para modelar las características de la llama y análisis de elementos finitos (FEA) para predecir la distribución del calor, los gradientes térmicos y las microestructuras resultantes. Estos métodos computacionales permiten un control más preciso del proceso en comparación con los enfoques tradicionales basados en la experiencia.
Fundamentos de la ciencia de los materiales
La eficacia del endurecimiento por llama está estrechamente ligada a la estructura cristalina y los límites de grano del acero. El proceso crea un gradiente de microestructuras desde la superficie hasta el núcleo, con finos granos de martensita en la superficie que se transforman en la estructura original de ferrita-perlita en el núcleo.
El tamaño de grano en la capa endurecida influye significativamente en las propiedades finales. Los granos de austenita más finos formados durante el calentamiento se transforman en martensita más fina durante el temple, lo que resulta en una mayor dureza y una mejor resistencia al desgaste. Los límites de grano actúan como barreras para el movimiento de dislocación, contribuyendo al refuerzo de la superficie.
Este proceso ejemplifica los principios fundamentales de la ciencia de los materiales: transformación de fase, control de la difusión y relaciones entre estructura y propiedades. Las rápidas velocidades de calentamiento y enfriamiento crean condiciones de desequilibrio que atrapan los átomos de carbono en posiciones intersticiales dentro de la red del hierro, lo que provoca la distorsión reticular característica de la martensita.
Métodos de expresión y cálculo matemático
Fórmula de definición básica
La profundidad de endurecimiento ($D_h$) en el endurecimiento por llama se puede aproximar mediante:
$$D_h = k \sqrt{t}$$
Dónde:
- $D_h$ es la profundidad de endurecimiento (mm)
- $k$ es una constante específica del material relacionada con la difusividad térmica (mm/s^(1/2))
- $t$ es el tiempo de calentamiento (segundos)
Fórmulas de cálculo relacionadas
El aporte de calor ($Q$) durante el endurecimiento por llama se puede calcular como:
$$Q = \eta \cdot V_g \cdot H_v$$
Dónde:
- $Q$ es la entrada de calor (kW)
- $\eta$ es el factor de eficiencia de la llama (normalmente 0,7-0,9)
- $V_g$ es el caudal de gas (m³/h)
- $H_v$ es el poder calorífico del gas (kWh/m³)
La velocidad de enfriamiento ($C_r$) requerida para la formación de martensita debe superar la velocidad de enfriamiento crítica:
$$C_r = \frac{T_a - T_f}{t_c} > C_{crítico}$$
Dónde:
- $C_r$ es la tasa de enfriamiento (°C/s)
- $T_a$ es la temperatura de austenización (°C)
- $T_f$ es la temperatura final (°C)
- $t_c$ es el tiempo de enfriamiento (s)
- $C_{critical}$ es la velocidad crítica de enfriamiento para la formación de martensita
Condiciones y limitaciones aplicables
Estas fórmulas son válidas principalmente para aceros con contenido medio a alto de carbono (0,35-0,60 % C) con geometrías relativamente simples. El modelo de transferencia de calor asume propiedades térmicas uniformes en todo el material.
La relación de raíz cuadrada entre la profundidad de endurecimiento y el tiempo solo se cumple cuando la conductividad térmica es el factor limitante. Para tiempos de calentamiento muy cortos o secciones delgadas, esta relación se rompe debido a las limitaciones del calentamiento superficial.
Estos modelos suponen condiciones de enfriamiento perfectas y no tienen en cuenta las variaciones en la velocidad de enfriamiento en geometrías complejas ni la formación de productos de transformación intermedios como la bainita.
Métodos de medición y caracterización
Especificaciones de pruebas estándar
- ASTM E18: Métodos de prueba estándar para la dureza Rockwell de materiales metálicos
- ASTM E384: Método de prueba estándar para la dureza de materiales por microindentación
- ISO 6508: Materiales metálicos - Ensayo de dureza Rockwell
- ASTM E140: Tablas de conversión de dureza estándar para metales
Las normas ASTM E18 e ISO 6508 proporcionan métodos estandarizados para medir la dureza superficial mediante la escala Rockwell, comúnmente empleada para componentes endurecidos a la llama. La norma ASTM E384 abarca las pruebas de microdureza utilizadas para determinar los perfiles de dureza a través de la profundidad de la capa. La norma ASTM E140 permite la conversión entre diferentes escalas de dureza.
Equipos y principios de prueba
Los equipos de prueba de dureza suelen incluir durómetros Rockwell para la medición de dureza superficial y microdurómetros (Vickers o Knoop) para el perfilado de la profundidad de la caja. Estos dispositivos miden la resistencia del material a la indentación mediante penetradores estandarizados bajo cargas controladas.
Los microscopios metalográficos se utilizan para examinar las microestructuras transversales tras el grabado con reactivos adecuados (normalmente nital). Esto revela la transición de la estructura martensítica superficial a la microestructura del núcleo.
La caracterización avanzada puede emplear microscopía electrónica de barrido (SEM) con difracción de retrodispersión de electrones (EBSD) para analizar la orientación cristalográfica y la distribución de fases a través de la capa endurecida.
Requisitos de muestra
Las muestras estándar para la medición del perfil de dureza requieren cortes transversales perpendiculares a la superficie endurecida. Las muestras deben seccionarse cuidadosamente para evitar la generación de calor que podría alterar la microestructura.
La preparación de la superficie implica un pulido progresivo con abrasivos cada vez más finos (normalmente de grano 120 a 1200), seguido de un pulido con pasta de diamante o suspensiones de alúmina para lograr un acabado de espejo. El grabado químico con una solución de nital al 2-5 % revela la microestructura.
Las muestras deben estar libres de descarburación, oxidación o daños mecánicos que puedan afectar las lecturas de dureza. Es habitual montar las muestras en resina termoendurecible para facilitar su manipulación durante la preparación y las pruebas.
Parámetros de prueba
Las pruebas de dureza se realizan generalmente a temperatura ambiente (20-25 °C) con humedad controlada para garantizar la consistencia de la medición. Para las pruebas Rockwell, se suelen utilizar cargas estándar de 150 kgf (escala HRC) para superficies endurecidas a la llama.
Las pruebas de microdureza para la determinación de la profundidad de la caja suelen utilizar cargas de 100 a 500 gf, con mediciones tomadas a intervalos de 0,1 a 0,5 mm desde la superficie hacia el interior. La velocidad de prueba y el tiempo de permanencia están estandarizados según la especificación de prueba correspondiente.
Las condiciones ambientales deben estar libres de vibraciones para garantizar mediciones de indentación precisas, en particular para pruebas de microdureza donde las indentaciones son microscópicas.
Proceso de datos
Los datos de dureza se recopilan mediante una serie de mediciones desde la superficie hasta el núcleo. La profundidad efectiva de la caja se define típicamente como la profundidad a la que la dureza desciende a 50 HRC o 513 HV, o alternativamente, al 80 % de la dureza superficial máxima.
El análisis estadístico incluye el cálculo de valores medios y desviaciones típicas de la dureza superficial. Los perfiles de dureza suelen presentarse como gráficos que representan la dureza en función de la distancia desde la superficie.
La profundidad de la caja se determina interpolando los puntos de medición para identificar la profundidad exacta correspondiente al umbral de dureza. La profundidad total de la caja, la profundidad efectiva de la caja y el gradiente de dureza son los principales parámetros reportados.
Rangos de valores típicos
Clasificación del acero | Rango de valores típicos (profundidad del caso) | Condiciones de prueba | Estándar de referencia |
---|---|---|---|
Acero al carbono medio (1045) | 1,5-5,0 mm | Enfriamiento por agua de una sola pasada | SAE J417 |
Acero aleado (4140) | 2,0-8,0 mm | Endurecimiento progresivo, temple de polímeros | ASTM A255 |
Acero para herramientas (O1) | 1,0-3,0 mm | Endurecimiento puntual, temple en aceite | ASTM A681 |
Hierro fundido (GG25) | 3,0-10,0 mm | Endurecimiento por centrifugación, pulverización de agua | ISO 6506 |
Las variaciones dentro de cada clasificación de acero se deben principalmente a las diferencias en el contenido de carbono, los elementos de aleación y la microestructura previa. Un mayor contenido de carbono y aleación generalmente permite un endurecimiento más profundo debido a su mayor templabilidad.
En aplicaciones prácticas, estos valores guían el diseño de componentes al establecer la relación entre las condiciones de carga superficial y la profundidad de capa requerida. La capa endurecida debe tener el espesor suficiente para soportar las cargas aplicadas sin fluencia subsuperficial.
Una tendencia notable en los distintos tipos de acero es que los aceros de mayor aleación alcanzan un endurecimiento más profundo con parámetros de llama equivalentes debido a sus menores velocidades críticas de enfriamiento. Sin embargo, también tienden a desarrollar tensiones residuales más altas que pueden requerir tratamientos de alivio de tensiones.
Análisis de aplicaciones de ingeniería
Consideraciones de diseño
Los ingenieros suelen diseñar componentes endurecidos a la llama para garantizar que la profundidad de la capa endurecida supere la profundidad máxima de esfuerzo cortante en condiciones de carga. Para aplicaciones de contacto hertziano, esta profundidad es aproximadamente 0,3 veces el ancho del contacto.
Los factores de seguridad para la profundidad de la caja suelen oscilar entre 1,5 y 2,5, dependiendo de la criticidad de la aplicación. Se aplican factores de seguridad más altos para componentes sometidos a cargas de impacto o donde las consecuencias de un fallo son graves.
Las decisiones de selección de materiales buscan un equilibrio entre la templabilidad (contenido de carbono y elementos de aleación) y la maquinabilidad, la tendencia a la distorsión y el coste. Los aceros con contenido medio de carbono (0,40-0,55 % C) representan la solución óptima para muchas aplicaciones, ya que proporcionan una respuesta de endurecimiento adecuada sin una distorsión excesiva.
Áreas de aplicación clave
Los componentes de maquinaria pesada, en particular engranajes, ruedas dentadas y ejes de gran tamaño, representan un área de aplicación crítica para el temple por llama. Estos componentes se benefician del temple selectivo de los perfiles de los dientes y las superficies de los cojinetes, a la vez que mantienen núcleos tenaces capaces de absorber cargas de impacto.
La infraestructura ferroviaria, especialmente las vías y los cambios de vía, constituye otra aplicación importante con requisitos diferentes. En este caso, el temple a la llama aumenta la resistencia al desgaste y la resistencia a la fatiga por contacto de rodadura, a la vez que permite reparaciones en campo sin desmontar componentes.
Los componentes de equipos mineros, como los dientes de palas, las mandíbulas de trituradoras y los rodillos transportadores, utilizan el temple por llama para combatir el desgaste abrasivo extremo. Este proceso permite la restauración in situ de superficies desgastadas, lo que prolonga la vida útil de los componentes en operaciones remotas donde el reemplazo presenta dificultades logísticas.
Compensaciones en el rendimiento
La dureza y la tenacidad presentan una relación inversa en los componentes endurecidos a la llama. Una mayor dureza superficial mejora la resistencia al desgaste, pero aumenta la fragilidad y la susceptibilidad a los daños por impacto, lo que requiere un equilibrio preciso según las condiciones de servicio.
La tensión residual y la estabilidad dimensional presentan otra desventaja. El rápido ciclo térmico induce tensiones residuales de compresión en la superficie (beneficiosas para la resistencia a la fatiga), pero pueden causar distorsión en secciones delgadas o componentes asimétricos.
Los ingenieros equilibran estos requisitos contrapuestos ajustando los parámetros de la llama, la selección del temple y los tratamientos de revenido posteriores al temple. El revenido a 150-200 °C puede aliviar las tensiones y mejorar la tenacidad con una reducción mínima de la dureza.
Análisis de fallos
La falla por fatiga subsuperficial es un modo de falla común en componentes endurecidos a la llama. Esto ocurre cuando la capa endurecida es insuficiente para prevenir la deformación plástica en la región subsuperficial donde se producen las tensiones cortantes máximas bajo contacto hertziano.
El mecanismo de falla generalmente progresa mediante la iniciación de una grieta subsuperficial en la interfaz entre la caja y el núcleo, seguida de la propagación de la grieta paralela a la superficie y, finalmente, el desprendimiento de la capa endurecida. El examen metalográfico revela patrones característicos de grietas en alas de mariposa alrededor de las inclusiones en el origen de la falla.
Las estrategias de mitigación incluyen aumentar la profundidad de la vaina, mejorar la limpieza del acero para reducir el contenido de inclusiones e introducir granallado para mejorar las tensiones residuales de compresión. Un revenido adecuado también reduce la fragilidad en la interfaz vaina-núcleo, donde se concentran las tensiones.
Factores influyentes y métodos de control
Influencia de la composición química
El contenido de carbono es el principal determinante de la dureza máxima alcanzable: un 0,40 % de carbono suele producir 55 HRC y un 0,60 % de carbono alcanza 62 HRC. Un mayor contenido de carbono aumenta la susceptibilidad a las grietas durante el temple.
El manganeso mejora la templabilidad al reducir la velocidad crítica de enfriamiento, lo que permite un endurecimiento más profundo con una severidad de temple equivalente. El cromo y el molibdeno mejoran aún más la templabilidad y la resistencia al revenido, lo que los convierte en valiosos aditivos para componentes endurecidos a la llama.
La optimización de la composición generalmente implica equilibrar el carbono para la dureza, el manganeso y el cromo para la templabilidad, y el silicio para la desoxidación y la resistencia. El fósforo y el azufre se mantienen bajos para minimizar la fragilización y la formación de inclusiones.
Influencia microestructural
El tamaño de grano previo influye significativamente en los resultados del endurecimiento por llama. Los granos iniciales más finos producen martensita más fina al endurecerse, lo que resulta en mayor dureza y tenacidad. Las estructuras normalizadas suelen responder mejor que las estructuras recocidas.
La distribución de fases antes del endurecimiento afecta el resultado final. La perlita uniforme con láminas finas se transforma con mayor facilidad en austenita homogénea durante el calentamiento rápido que la perlita gruesa o los carburos esferoidizados.
Las inclusiones no metálicas actúan como concentradores de tensiones y pueden iniciar el agrietamiento durante el temple. También interfieren con la transferencia de calor, lo que puede causar puntos blandos en la capa endurecida. Los aceros limpios con bajo contenido de inclusiones producen resultados de endurecimiento más consistentes.
Influencia del procesamiento
La temperatura de la llama y la velocidad del soplete determinan la tasa de aporte de calor y afectan significativamente la profundidad de la capa. Temperaturas más altas y velocidades más bajas aumentan la profundidad de la capa, pero conllevan el riesgo de sobrecalentamiento y engrosamiento del grano en la superficie.
La selección del temple influye drásticamente en los resultados del endurecimiento. El agua proporciona el enfriamiento más rápido y el endurecimiento más profundo, pero maximiza el riesgo de distorsión y agrietamiento. Las soluciones poliméricas ofrecen velocidades de enfriamiento intermedias, mientras que los aceites proporcionan el temple más suave con mínima distorsión.
El precalentamiento a 150-250 °C antes del endurecimiento por llama reduce los gradientes térmicos y la distorsión asociada, lo que es particularmente importante para geometrías complejas o componentes con espesores de sección variables.
Factores ambientales
La temperatura ambiente afecta el rendimiento del temple, ya que los temples más fríos proporcionan velocidades de enfriamiento más rápidas. El control de la temperatura es crucial para la consistencia del proceso, especialmente en el temple con agua, donde las variaciones alteran significativamente la capacidad de enfriamiento.
Los ambientes húmedos pueden introducir hidrógeno en el acero durante el calentamiento por llama, lo que podría causar agrietamiento retardado. Un ajuste adecuado de la llama para mantener una llama neutra o ligeramente reductora minimiza este riesgo.
La exposición prolongada a temperaturas elevadas puede templar la capa endurecida, reduciendo así su dureza. Los componentes diseñados para servicio a alta temperatura pueden requerir aleaciones de endurecimiento secundario o tratamientos superficiales alternativos.
Métodos de mejora
La modificación de aleaciones con cromo, molibdeno y vanadio mejora la templabilidad y la resistencia al revenido. Estos elementos forman carburos estables que resisten el ablandamiento a temperaturas elevadas y mejoran la resistencia al desgaste.
Las mejoras del proceso, como el temple progresivo (movimiento de la llama y el enfriamiento secuencialmente), mejoran la uniformidad y reducen la distorsión en componentes grandes. Los sistemas de temple por llama controlados por computadora con control de retroalimentación garantizan resultados consistentes en geometrías complejas.
La optimización del diseño incluye la incorporación de características de alivio de tensiones, como radios en los cambios de sección, espesores de sección uniformes cuando sea posible y patrones de endurecimiento simétricos para equilibrar las tensiones residuales y minimizar la distorsión.
Términos y normas relacionados
Términos relacionados
El endurecimiento por inducción es un proceso similar al endurecimiento superficial que utiliza inducción electromagnética para calentar la superficie del componente en lugar de la incisión directa de la llama. Ofrece un control más preciso y un procesamiento más limpio, pero requiere equipo especializado y está limitado por la geometría de la pieza.
La templabilidad se refiere a la capacidad de un acero para formar martensita a profundidades específicas al ser templado desde la temperatura de austenización. Se diferencia de la dureza (resistencia a la indentación) al describir la profundidad potencial de endurecimiento en lugar del valor de dureza superficial.
La terminología de profundidad de caja incluye la profundidad total de caja (profundidad hasta la dureza del núcleo), la profundidad de caja efectiva (profundidad hasta el valor de dureza especificado, normalmente 50 HRC) y la zona de transición (región entre la dureza máxima y la dureza del núcleo).
La relación entre estos términos es jerárquica: la templabilidad determina la profundidad potencial de la capa, lo que influye en la selección entre el endurecimiento por llama y procesos alternativos como el endurecimiento por inducción o la carburación de la capa.
Normas principales
SAE J417 "Ejes, ejes y piezas similares endurecidos superficialmente" proporciona especificaciones para componentes automotrices e industriales endurecidos a la llama, incluidas las profundidades mínimas de la carcasa y los requisitos de dureza para diversas aplicaciones.
La norma ISO 15787 "Documentación técnica del producto - Piezas ferrosas tratadas térmicamente - Presentación e indicación" establece estándares internacionales para documentar las especificaciones del tratamiento térmico, incluidos los parámetros de endurecimiento a la llama y los criterios de aceptación.
Normas regionales como la DIN 17022 en Europa y la JIS G 0559 en Japón ofrecen directrices específicas que difieren en su enfoque sobre las ubicaciones de medición de dureza y las definiciones de profundidad de la caja. Las normas europeas suelen especificar más puntos de medición que las estadounidenses.
Tendencias de desarrollo
La investigación actual se centra en procesos híbridos que combinan el endurecimiento por llama con calentamiento por inducción o láser para optimizar la eficiencia energética y el control del proceso. Estos enfoques permiten un control de temperatura más preciso y una menor distorsión.
Las tecnologías emergentes incluyen sistemas de monitoreo en tiempo real que utilizan termografía infrarroja y algoritmos de aprendizaje automático para ajustar dinámicamente los parámetros de la llama. Estos sistemas compensan las variaciones en las propiedades del material y las condiciones ambientales.
Los desarrollos futuros probablemente incluirán modelos computacionales más sofisticados que integren aspectos térmicos, mecánicos y metalúrgicos para predecir no solo los perfiles de dureza, sino también las distribuciones de tensiones residuales y la vida útil de los componentes. Este enfoque holístico permitirá diseños más optimizados con zonas endurecidas a medida.